ALIMÉNTESE CON LA LUNA
Conocer la forma adecuada de alimentarse no es tan complicado como se cree. La pretensión no es sustituir el concepto de un nutricionista o de un médico, ni mucho menos hacer una lista de frutas o verduras que se deban incluir en la comida habitual. Simplemente es una invitación a retomar los conceptos ancestrales que con el transcurrir del tiempo se han ido dejando de lado: de cómo el movimiento lunar en sus diferentes fases proporciona información clara sobre la alimentación adecuada en el momento correcto.
¿ Cómo influyen las fases lunares?
En la fase de luna llena, la atmósfera se carga de más iones positivos que producen trastornos en los estados emocionales. Muchas personas se tornan extremadamente sensibles, nerviosas, ansiosas; el ciclo menstrual en la mujer es mucho más abundante y doloroso. Se recomienda la ingesta mínima de alimentos porque el cuerpo reacciona con facilidad y la tendencia a engordar es inmediata.
En fase de luna nueva sucede todo lo contrario. La carga es de iones negativos y al igual que cuando pasa una tormenta eléctrica el ambiente es más liviano y despejado. Aquí se permiten algunos gustos de más, porque la tendencia del cuerpo es no activar el proceso de absorción tan rápidamente.
En fase creciente y llena el vientre se infla, evite entonces la ingesta de comidas que porduzcan gases. El cuerpo almacena más energía y por consiguiente se tiende engorda con más facilidad .
En fase menguante y nueva, podemos comer más tranquilos y permitirnos algunos excesos. Tiempo propicio para iniciar dietas.